9 razones por las que el TPP es malo para países en desarrollo

Posted by Nuestra publicación: on miércoles, octubre 07, 2015


En un artículo de la revista estadounidense Foreign Policy, el economista Rick Rowden señala
que el tratado TPP impide la industrialización y condena a los países firmantes que todavía no es-
tán al nivel de las naciones industriales a permanecer atados a productos con poco valor agrega-
do en la agricultura y en industrias extractivas. Se obstaculiza la creación de puestos de trabajo de
alto nivel y buena remuneración, así como la creación de sistemas amplios y eficientes de educa-
ción, salud y protección social. En una palabra, se impide el desarrollo, finalidad clave en este
momento para una nación, como lo muestran los enormes movimientos de migración desde las
zonas no desarrolladas del mundo hacia los centros industriales (ver articulo completo en “9
Ways the TPP Is Bad for Developing Countries, http://foreignpolicy.com/2015/07/07/9-ways-the-
tpp-is-bad-for-developing-countries/).

Aquí va un resumen de las nueve razones explicadas por este economista internacional:

1.- La inferioridad en capacidad económica, técnica, industrial de los países no industrializados
respecto a los industriales. Aquellos necesitan una serie de apoyos que el tratado prohibiría por
considerarlos no equitativos: subsidios financieros, política tecnológica, política industrial. La filo-
sofía del TPP desconoce las profundas diferencias en capacidad y la consiguiente necesidad de
tratar a los paises en forma diferenciada, sin exigencias de simetría o reciprocidad. Son a fin de
cuentas las mismas razones que impiden organizar un campeonato de fútbol entre un equipo pro-
fesional y uno de una escuela primaria.
Debiera ser clarísimo que el intercambio, sea de productos o de servicios, favorece a la nación
más productiva, más eficiente, más capaz, y que por consiguiente es necesario compensar las
desventajas de la nación más débil a fin de convertir al comercio en algo conveniente para ambas
partes. De otro modo no se hace sino agrandar la brecha y reforzar la inferioridad y dependencia
iniciales. Es justamente esa compensación que pretende impedir el TPP.

2.- El TPP prohibe específicamente utilizar el comercio para desarrollar el país. Las medidas pro-
tectoras de la economía nacional tales como cuotas, tarifas aduaneras, etc. son declaradas “obs-
táculos al comercio”; se exige su eliminación con el resultado de que la economía más débil que-
da expuesta al pleno impacto de la competencia de los países fuertes. Aquellas mismas medidas
que los países desarrollados utilizaron para alcanzar el desarrollo, se les prohibe a los nuevos
candidatos. La lección que dejan: la liberalización de la economía tiene sentido para una nación
sólo después de haber alcanzado un nivel alto de competitividad.

3. Las compras estatales son un elemento económico importante para el desarrollo. Con ellas
una nación puede apoyar la formación de capacidades productivas propias, combatir el desem-
pleo y estimular la propia economía. El TPP busca impedir esto y permitir a todas las empresas de
los países firmantes postular a estas compras. Así, la búsqueda de reglas parejas para todos aca-
ba inclinando fuertemente la balanza a favor de los países ya desarrollados.

4. El TPP se ocupa también de las inversiones extranjeras directas y busca impedir que las em-
presas nacionales sean favorecidas en cualquier forma frente a la extranjeras. Nuevamente se les
prohibe a los países menos desarrollados utilizar los instrumentos que los desarrollados usaron en
su momento en su lucha por el desarrollo.

5. Un mecanismo especial sería creado por el TPP para limitar las posibilidades de los estados de
regular empresas extranjeras. Si una reglamentación reduce las expectativas de ganancia de una
inversión extranjera, se considera eso una “expropiación injusta”. Se le permite a la empresa ex-
tranjera acudir a instancias especiales de arbitraje para exigir indemnización, fuera de la jurisdic-
ción de los tribunales. Se quiere crear un sistema de arbitraje espurio, al margen del sistema de-
mocrático, compuesto de abogados internacionales generalmente pagados mucho mejor por las
empresas multinacionales que por los gobiernos, para beneficiar a estas empresas. La experien-
cia internacional de los últimos años al respecto no es favorable a los países, sino claramente a
las empresas.

6. El tratado TPP prohibe los controles de capitales y de actividades financieras que las crisis de
los últimos años han mostrado como necesarios. Deja por lo tanto a los países más expuestos a
crisis financieras. La falta de regulación le permitiría a la industria financiera hacer negocios más
lucrativos pero aumenta los riesgos para los países. Por curioso que parezca, el tratado parece no
tomar en cuenta la crisis financiera que se desató en 2008.

7. La salud pública se ve igualmente amenazada porque el tratado intenta aumentar los niveles
de protección de la propiedad intelectual de las grandes empresas farmacéuticas. Aumenta los
plazos de protección de patentes y marcas y extiende su alcance más allá de los productos termi-
nados para incluir sus componentes. Esta política pondría los medicamentos modernos fuera del
alcance de muchos bolsillos por largo tiempo, y permitiría prohibir los medicamentos genéricos.
8. Las nuevas reglas propuestas por el TPP para la propiedad intelectual impedirían igualmente,
encareciéndolas, la adopción de tecnologías modernas en los países en desarrollo. Nuevamente
el tratado erige obstáculos al desarrollo que los países hoy desarrollados no tuvieron que enfren-
tar.

9. El TPP busca restringir el papel de las empresas estatales, que han sido claves para la indus-
trialización de países asiáticos y en general para el desarrollo de los países de la OCDE. Lo rige el
dogma neoliberal de que las privatizaciones son siempre buenas. Pero esa postura desconoce el
valor de reservar ciertas tareas sociales (como educación, salud, o transporte) a una gestión en
manos de la sociedad. Olvida también la renuencia de los capitales privados por invertir en secto-
res importantes de baja rentabilidad económica. La meta del empresario privado es el éxito de su
empresa, no el desarrollo a largo plazo del país o el suministro de servicios a toda la población,
independientemente de su situación económica. Esta función indispensable del Estado o de las
empresas estatales, así como el equilibrio que debe existir entre lo privado y lo público, es ignora-
do por el tratado TPP para trasladar un máximo de poder y riqueza al sector privado.
A mediano y largo plazo las consecuencias de este tratado no pueden dejar de ser, globalmente,
desfavorables. Los tres grandes problemas que hoy aquejan y amenazan la comunidad interna-
cional, la creciente desigualdad, la destrucción ecológica y los obstáculos al desarrollo de las na-
ciones menos desarrolladas, serían agravados por un régimen internacional de comercio e inver-
sión que se ajusta a los intereses de las empresas multinacionales y de las naciones poderosas.
Por todas estas razones, bien explicadas por el economista Rick Rowden, el Movimiento Ciuda-
dano Participativo invita a todos los ciudadanos a firmar la petición contra este tratado, en
www.STOP-TPP.org !

François Richard
Economista