Guillermo Almeyra
La Jornada, 9-10-2016
La tasa de abstenciones en los comicios electorales colombianos siempre ha sido muy alta, con un promedio de cerca de 55 por ciento. Desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948 la lucha entre liberales y conservadores fue cruentísima. La “violencia” creó millones de desplazados y centenas de miles de familias tuvieron muertos o desaparecidos. Los partidos tradicionales –Liberal y Conservador– comenzaron a tener políticas cada vez más semejantes y el intento de crear una izquierda fuera de ellos fue ahogado en sangre. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que nacieron como grupos campesinos liberales de autodefensa, evolucionaron a su vez hacia un vago comunismo estalinista y adoptaron métodos que fueron criticados hasta por Hugo Chávez.
Los casi 7 millones de desplazados de las zonas de combate entre las guerrillas, el ejército y los grupos paramilitares asesinos se fueron hacia el centro del país –la zona donde más votos obtuvo el no en el reciente plebiscito sobre los acuerdos de paz– odiando a todos los contendientes y se transformaron, con su miseria material y moral, en la clientela de la derecha política uribista.
Agreguemos a ese caldo de cultivo para el no que en la poblada costa caribeña, de tradición liberal y partidaria de la paz, cayeron lluvias muy intensas que aumentaron la abstención tradicional y que el vicepresidente de la nación, caudillo de esa zona, en su lucha interna contra el presidente Juan Manuel Santos, no hizo campaña por un sí que le hubiera dado prestigio internacional a su adversario. Las encuestas que daban por ganador al sí por 60 por ciento contra 40 por ciento del no también indujeron a muchos a confiar en el triunfo del sí y a no desafiar la lluvia para ir a votar: el resultado fue que en esa zona, aunque ganó el sí, la abstención superó la media nacional y llegó a 81 por ciento.
Pero el factor principal fue la falta de participación popular en los acuerdos, que se negociaron en La Habana a puertas cerradas. Las propias bases de las FARC conocieron el texto definitivo una semana antes del plebiscito cuando debieron votar en una consulta formal si lo aprobaban o no. La opinión de los movimientos sociales, de las izquierdas, de la otra guerrilla –el Ejército de Liberación Nacional–, de los sindicatos, de los intelectuales no fue tenida en cuenta sino de modo extremadamente indirecto. Un sector de la izquierda, por ejemplo, veía el referéndum como una maniobra de Santos para lograr una paz ficticia y con ella atraer inversiones estadunidenses y trasnacionales, pero no obtuvo seguridades.
Las FARC impusieron al gobierno una negociación de igual a igual, lo cual es positivo, pero actuaron como si fuesen representantes de la sociedad, lo cual no es real, y negociaron en las cúpulas con los gobiernos mediadores, sobre todo el venezolano y el cubano, y con el gobierno de Santos, ex ministro de Defensa de Álvaro Uribe, derechista y represor. Eso dio margen a las mentiras de Uribe y al temor.
La falta de una alternativa también alejó de las urnas porque cuando como en Grecia en la primera candidatura de Syriza hay una esperanza, la abstención es mínima. Allí donde, en cambio, quienes se oponen lo hacen sólo en el marco de una disputa entre diferentes sectores y partidos capitalistas, la abstención crece y aumenta la derecha. Tal es el caso de Italia, Francia, España y, en nuestro continente, México, Argentina, Perú, Brasil.
El ganador de las elecciones en Sao Paulo, Brasil, por ejemplo, tuvo menos votos que la suma de los votos nulos, en blanco y de las abstenciones. Ganó la abstención porque Dilma Rousseff había gobernado para los capitalistas, con una política de derecha y con los mismos métodos podridos de los partidos tradicionales y porque el PT llamaba a volver a lo mismo. También en Argentina fomentan la abstención en 2017 los ignaros que hablan de “Cristina conducción” y dicen ser “soldados del kirchnerismo” renunciando a pensar con su propia cabeza y apoyando a una ex presidente que no hizo ninguna autocrítica por el desastre que provocó y que llama a formar “una nueva mayoría” uniendo su equipo desprestigiado y corrompido con la derecha peronista y las minorías macristas. Por su parte, el español Podemos, que espera ganar votos de los socialistas pareciéndose cada vez más al PSOE de antes de su implosión empuja hacia la abstención a buena parte de sus propios simpatizantes de izquierda en el caso de una tercera elección en diciembre.
Porque no es posible proponer políticas reformistas de centroderecha y gobiernos limpios cuando el capitalismo, a escala mundial, agrava la crisis ecológica, reduce los derechos humanos y la legislación favorable a los trabajadores, recurre cada vez más a la represión, reduce los ingresos reales (atacando la sanidad, la educación, el transporte, los servicios públicos) y empeora las condiciones de trabajo.
¿Qué credibilidad puede tener Cristina Fernández de Kirchner si dos de sus ex primeros ministros son actualmente hombres de la derecha y si sus gobernadores y ministros de más confianza –toda gente del Opus Dei– apoyan a Macri mientras la “conductora” se olvida de que existen millones de trabajadores que no se identifican con los charros, que son agentes del Estado? Si un movimiento en México reclama “¡Fuera Peña!” durante meses y su “líder”, de golpe y porrazo, pide sostener al presidente de Atenco y Ayotzinapa sin que nadie le pida rendir cuentas de ese viraje y un poco de democracia interna, ¿cómo va a llevar gente a las urnas para exigir un cambio social?
No hay “apatía, desinterés”. Lo que hay es asco por la política de los partidos pro-capitalistas, incluyendo los que dicen ser de oposición de izquierda y hartazgo ante la continua ofensiva del gran capital. Estamos en el hueco entre dos grandes olas: da la impresión de inmovilidad y resignación, pero se siente ya el bramido de la ola siguiente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
TEMAS
internacional
Chile
crisis capitalista
economia
editorial
CIT
nacional
trabajadores
elecciones
AFP
historia movimiento obrero
politica
historia y teoria
venezuela
arte y cultura
represion
España
estados unidos
protestas
alternativa socialista
china
crisis economica
crisis educación
capitalismo
economía
mapuche
europa
huelga
imperialismo
Huelga General
grecia
estudiantes
Brasil
Socialismo
medioambiente
analisis de perspectivas
campaña solidaridad
crisis financiera
estalinismo
gran bretaña
desempleo
sindicatos
Transantiago
argentina
bolivia
escuela
golpe de estado
recesion
stalinismo
conflicto israel palestina
derechos de la mujer
kazajstan
alemania
alza de transporte
gobierno Piñera
israel
Trotsky
cuba
pueblos originarios
restauracion capitalista
Unión Europea
asesinatos
juventud en rebelion
palestina
teoria marxista
voto nulo
Derechos Humanos
Socialismo Revolucionario
declaracion CIT
gaza
honduras
marxismo
partido comunista
seguridad social
Latinoamerica
crisis
educación
bancos
mexico
privatización de la educación
racismo
1º de mayo
ocupación de fábrica
peru
unidad popular
Perspectivas Mundiales
irlanda
irlanda del norte
italia
medio oriente
perspectivas
trabajadores mineros
trotskismo
Bolivia-MAS
Egipto
MPT
Portugal
derecha
escocia
izquierda socialista y anticapitalista
marcel claude
masacres
medios de comunicación
revolucion
salario minimo
solidaridad
Joe Higgins
alzas
campaña
canada
documento del CIT
francia
guerra civil
privatizacion del cobre
revolucion rusa
revolución alemana
salud
terrorismo
tsunami
Necrologicas
Relaciones mundiales y economía
Sri Lanka
crecimiento economico
crisis alimenticia
depresion economica
derechos democraticos
desastre ecologico
desastre minero
movilizacion
mujeres
nazismo
primero de mayo
referendum
rusia
trabajadores portuarios
video
Belgica
PSOL
Parlamento Europeo
acuerdo pc - concertación
colombia
constitucion boliviana
formación política
huelgas
libertad de expresion
paro
revolucion cubana
segunda guerra mundial
sicariato
tamil
Asia
Haití
Iniciativa por un Partido de Trabajadores
Retail
Sudáfrica
afganistan
balance proceso venezolano
balance revolucion cubana
calentamiento global
gripe porcina
homofobia
juventud
lucha anticapitalista
obama
pakistan
suecia
tratado de lisboa
turkia
Coalición de sindicalistas y socialistas
Muro Israel Palestina
SR
Tailandia
africa
burbuja inmobiliaria
clases sociales
escuela latinoamericana
fraude electoral
hitler
marco enriquez ominami
marx
oligopolios
presos politicos
programa de transicion
Kozovo
Que somos y que defendemos
TMI
Xekinima
costa rica
homosexualidad
masacre tiananmen
revolución china
trabajadores de la salud
xenofobia
0 Responses to "Razones de la abstención colombiana"
Publicar un comentario